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illusjournal #04: Este muerto está muy vivo

[Publicado originalmente el 6 de enero de 2020 en mi página de Patreon]

Eh… Hola.

Acabamos de empezar el año y llevo sin escribir un illusjournal desde… ¿julio? Y no es que quiera justificarme, claro, pero voy a soltaros mi excusa igual. El último verano, por movidas personales, he estado muy de bajona. No es que quiera contaros mi vida, pero sí haceros comprender que me he visto muy afectado emocionalmente con cierto asunto relacionado con mis amistades y eso ha repercutido gravemente en mi motivación artística. Es lo típico que tienes una ansiedad terrible y solo te apetece hacerte bolita en la cama y ver series en el móvil, un capítulo tras otro, hasta que tus ojos deshidratados se cierran del cansancio y te duermes. Pero ya estoy mucho mejor. Después de dedicarme tiempo a mí mismo, trabajar en proyectos personales a mi ritmo y no ponerme presión, he recargado las pilas con ganas de hacer muchas cosas este año. ¡Me he hecho hasta un horario! Ahora solo falta cumplir e ir contándooslo todo aquí, en mis illusjournals.

Así que bueno, a nivel profesional he hecho poca cosa:

  • ¿Os acordáis cuando os comenté en el illusjournal #2 que iba a participar en el concurso del diseño del cartel para las fiestas de Moros y Cristianos de mi pueblo? ¡PUES GANÉ! Estuvo guay ver mi cartel en una pancarta gigante sobre el ayuntamiento y luego pegado por las calles a medida que se acercaban las fiestas. A ver si a la próxima me presento de nuevo y gano otra vez, que el dinero del premio me ha venido de perlas para saciar mi vena consumista.
  • En septiembre fui a la Japan Weekend Madrid y para no llevar lo mismo de siempre preparé a última hora un pequeño fanzine con mis historietas de illuscribbles. Disfruté muchísimo de la experiencia: fui con mis compis Bea Gui Llo y Julia.ljam (echadle un vistazo a sus Instagrams que son unas artistazas), encontramos una casa genial donde hospedarnos (con un kebab riquísimo haciendo esquina que nos daba la vida a la hora de cenar), en el evento tuvimos a DayoScript en el stand de atrás (compré su cómic “Protagonista” y le regalé un dibujo), conocí a DoodlyLala en persona (qué muchacha más maja, de verdad), nos fuimos a comer ramen con SarahDandh y GabiDipolo (nos tocó hacer media hora de cola, pero valió la pena)… En fin, muy guay todo.
  • En Octubre me subí al carro del Inktober y a pesar de que empecé bastante bien, al final se me hizo bola: no se me ocurrían muchas cosas para dibujar y lo dejé a medias. En Patreon subí un post con todos los dibujos del Inktober 2019, por si queréis echarle un ojo, aunque también están en mi Instagram y en un hilo de Twitter.
  • También en Octubre hice un sorteo en Twitter para celebrar los 500 followers donde ofrecía como premio una commission gratis. Era lo típico de FOLLOW + RT para participar, aunque añadí que si me sugerían ideas en las respuestas dibujaría las que más me gustaran. Tenéis un hilo en Twitter con todos los sketches que fuí haciendo, aunque al final fueron menos de los que me apetecía hacer, pero como se me juntó con el Inktober pues fuí de culo con todo y pues eso. Al menos ahí sigo teniendo todas las ideas propuestas así que si me aburro siempre puedo tirar de ahí para dibujar cosas random. La ganadora del sorteo fue @failunicorns que me pidió una ilustración de su perrita Chispa.
  • En Noviembre fuí a otra Japan Weekend, esta vez en Valencia, y me pasó algo muy guay: no sé si conocéis cómo se organiza el tema de los eventos de las Japan Weekend pero a día de hoy son de los mejores eventos nacionales para artistas, donde cualquiera sin importar su nivel o estilo puede conseguir un stand y exponer su arte (sólo hace falta rellenar rápido el formulario porque las plazas vuelan y se dan por orden de reserva). El tema está en que van tantos artistas y las zonas son tan monótonas que es fácil desorientarse y no encontrar al artista que buscas. Unos días antes del evento la organización nos envía a los expositores unos planos (muy técnicos y bastante feos) de la distribución de los stands para que sepamos dónde va cada uno y podamos promocionarnos en las redes sociales. Lo normal es que cada stand se haga su cartel de promoción con el mapa, señalando donde está y cómo encontrarle. Pues bien, yo en vez de hacer solo el mío decidí hacer mapas para TODO EL MUNDO, con nombres, imágenes y redes sociales incluidas. Me parecía que era algo básico de lo que debería estar encargándose la organización y no los artistas, pero como no lo hacían ellos pues me dio el venazo y lo hice yo. Ya tenía la idea en mente así que lo que viene a ser la maquetación estética la hice rápido. Lo que más me costó fue encontrar las redes sociales de todo el mundo y seleccionar y descargar las imágenes para cada artista. Debido a esto hubo gente a la que no conseguí encontrar (perdón) y en algunos stands solo pude poner el nombre con el que habían hecho la reserva. Si queréis ver los mapas hice un hilo de Twitter donde están todos subidos. Tuvieron mucha acogida y enseguida el resto de artistas comenzó a agradecerme la faena y a compartirlos por ahí mencionándome. Durante el evento también vino gente a mi stand a darme las gracias, y como mi amiga Ayesha me hizo el favor de imprimirlos, pude colgar carteles de los mapas por el evento para ayudar a la gente a orientarse. Claro está, todo este esfuerzo por mi parte no pasó desapercibido por la organización de la Japan, que no tardó en contactar conmigo para parlamentar encargarme los mapas de la zona del Artist Alley para futuras ediciones. Así que ya veis, ahora mismo estoy encargándome de hacer los mapas para la Japan Weekend de Madrid de Febrero 2020, y si todo va bien, es posible que me contraten de forma fija para hacer también los mapas para el resto de ediciones. Todo bien.

En cuanto al resto de cosas, sigo avanzando mi cómic “Foodhats” (concept art, investigación, guión…), las historietas de illuscribbles las tengo algo abandonadas aunque espero retomarlas en breves y bueno, a ver si también vuelvo a subir vídeos en YouTube y hacer streamings en Twitch, que tengo muchas ganas.

Pero vamos ya a la chicha real de mi vida. Aquello que lo une todo y mantiene mi estabilidad mental. Estoy hablando de:

EL RINCÓN DE LA PROCRASTINACIÓN

Oh sí, gente. Estos meses he procrastinado que da gusto. A parte de pasarme el día tirado en la cama ̷l̷l̷o̷r̷a̷n̷d̷o he visto series a tutiplen, alguna que otra peli, leído algunos libros y cómics, pero sobretodo he perdido mi valioso tiempo en Twitter (creo que empiezo a tener un problema de adicción). Para abreviar y no daros mucho la chapa voy a contaros solo lo más destacable (que no es poco):

  • Empezamos por las series:
    • Tuca & Bertie (2019): Bueno, esta serie me la ví hace ya bastante, allá por Marzo cuando la estrenaron. La serie es creación de Lisa Hanawalt, más conocida por ser la responsable del diseño visual de la serie “Bojack Horseman”, algo que se nota con solo poner una al lado de la otra y que a pesar de ello, no comparten universo de ficción: “Tuca & Bertie” es menos deprimente y aprovecha mejor su identidad como dibujo animado aventurandose a hacer metáforas visuales que juegan con la verosimilitud de los acontecimientos que les suceden a sus dos protagonistas, que ya pasada la treintena, se enfrentan a una serie de problemas y crisis que llegan cuando una mujer es adulta. Lo único malo que le veo es que la hayan cancelado con solo una temporada, porque de verdad es una serie capaz de sacarte unas cuantas carcajadas mientras te ablanda el corazoncito con sus desventuras. La tenéis en Netflix por si queréis verla.
    • Happy (2017): Esta serie es una mamarrachada de acción y humor negro divertidísima, con rollo muy similar a las pelis de Crank (2006) y Crank: High Voltage (2009), lo cual no es casualidad ya que está dirigida y guionizada por uno de sus directores, Brian Taylor. Está basada en un cómic homónimo de 2012 guionizado por Grant Morrison, el cual también a participado en los guiones de la serie. La historia nos presenta a Nick Sax, un ex-detective alcohólico que ha renegado de la ley y que ahora trabaja como sicario haciendo trabajos aquí y allá en los bajos fondos al que, mientras se ve implicado sin querer en los asuntos de una familia de mafiosos, se le aparece el amigo imaginario de su hija Hailey a decirle que ha sido secuestrada y que él es el único que puede salvarla. En junio sacaron su segunda y, tras su cancelación, última temporada. La serie es un espectáculo puro y duro de violencia gratuita y giros descabellados por ver cómo de bajo pueden llegar a caer sus personajes ante tanta locura. A mi me encanta, aunque ya os aviso que no hay que esperar ningún subtexto intelectual, es más un revuelto de clichés del género llevados al extremo con una capa de suciedad que no se quita con una sola ducha. Podéis verla en Netflix.
    • Amphibia (2019): Es una serie de animación de Disney con una esencia parecida a la de Gravity Falls. Trata sobre Anne, una niña de 13 años que es transportada mágicamente por accidente a un mundo de fantasía medieval poblado por ranas parlantes. Allí será “adoptada” por la desdichada familia Plantar que le ayudarán a encontrar la manera de volver a su mundo mientras viven diversas aventuras. De momento solo tiene una temporada (aunque ya se ha confirmado que tendrá una segunda) y llegará a España en enero de 2020, aunque yo ya la he visto en inglés y he de decir que la voz de Brenda Song es PERFECTA y que por tanto vale mucho la pena verla en versión original.
    • El Príncipe Dragón (2018): ¿Habéis visto “Avatar: The last Airbender”? Pues esta serie está co-creada por uno de sus guionistas principales (Aaron Ehasz) y se nota para bien. Ambientada en un mundo de fantasía con un worldbuilding llamativo, la serie consigue contar una historia que aborda matices morales sobre el poder y el deber en el núcleo de un conflicto bélico entre humanos y razas mágicas que solo puede ser detenido por aquellos que están dispuestos a escuchar a su enemigo y perdonar las heridas del pasado. Me encanta que no caiga en el típico maniqueísmo del bien contra el mal y se tome su tiempo para presentar las motivaciones de cada personaje y trabajar sus arcos a medida que avanza la trama. La animación es 3D, pero tiene un tratamiento no realista que cuando te acostumbras se parece bastante a la animación 2D tradicional. De momento hay tres temporadas en Netflix y un videojuego en desarrollo. Aún no se sabe si habrá cuarta temporada, aunque después de leer los hilos de Twitter donde unas extrabajadoras acusan a Aaron Ehasz de tener una actitud abusiva y misógina con sus trabajadoras, se me han quitado un poco las ganas de seguir viéndola…
    • Fleabag (2016): Phoebe Waller-Bridge es una MALDITA GENIA. A ver, tampoco os la quiero vender como una pedazo de serie (a pesar de que lo sea) porque tal vez no lleguéis a conectar tan visceralmente con su trama y personajes como me ha pasado a mí, pero la forma que tiene de hurgar en la culpa existencial que carga su protagonista y cómo a pesar de ello mantiene su determinación por querer salir de un hoyo que cada día es más y más profundo me parece *chef kiss*. Es una tragicomedia cargada de ese humor negro del que te ríes ya por desesperación, en la que la felicidad no te satisface porque sientes que no te la mereces. Cada capítulo te rompe un poquito más, pero la sigues viendo porque eres masoca y guardas la esperanza de que todo pueda cambiar a mejor si la suerte decide sonreírte aunque sea solo por un día. Tiene dos temporadas y en principio no van a hacer más, algo previsible teniendo en cuenta que la serie no tiene ninguna dirección concreta más allá de HACERTE SUFRIR mientras te saca alguna que otra carcajada. En cualquier caso habrá que seguirle la pista a Waller-Bridge porque seguro que en el futuro se sacará más cosas como esta de la manga.
    • The Boys (2019): Christopher Nolan y Zack Snyder pusieron de moda a los superhéroes intensitos dentro de la cultura mainstream audiovisual y “The Boys” decide aprovecharse de ello para dale una vuelta de tuerca y chapotear en un fango macarra sin aires de grandeza. Aquí los superhéroes no son figuras de moralidad inquebrantables y mientras abusan de su posición de poder, sus actividades están subordinadas a los intereses de las grandes empresas que controlan su imagen pública como si se trataran de celebrities, todo bajo la supervisión y presión de un gobierno estadounidense que no está dispuesto a perder su soberanía ante gente que va en mallas. La serie es de Erik Krimpe (creador de la serie Supernatural) y está basada en el cómic homónimo de Garth Ennis y Darick Robertson, aunque según tengo entendido está tomando otro rumbo. Al principio la serie se centra en la venganza personal de Hughie contra A-Train por haber matado a su novia Robin, pero pronto se nos presentará al resto de “Los chicos” y su lucha contra los superhéroes liderada por Billy Butcher, un arquetipo con patas del “hombre antisistema con contactos turbios que está hasta los cojones de todo” que personalmente me encanta. Es una deconstrucción sin demasiadas pretensiones del género superheróico desde una perspectiva más pesimista y cruda pero que al estar salpimentada con un carismático humor negro consigue hacerla muy divertida. La tenéis en Amazon Prime y la segunda temporada está planificada para salir a mediados de 2020.
    • Watchmen (2019): PERO QUE PEDAZO DE SERIOTE QUE SE HA MARCADO DAMON LINDELOF, ME CAGO EN DIOS EL DOCTOR MANHATTAN. Casi todo el mundo con un mínimo de cultura sobre el mundillo de los superhéroes conoce Watchmen, la novela gráfica de Alan Moore y Save Gibbons que en los años 80s puso patas arriba el género, considerándose una obra maestra instantáneamente. Por cuestiones del destino, poco antes del estreno de la serie, se me presentó la oportunidad de comprar de segunda mano la antigua edición absolute de Planeta D’agostini, así que la aproveché. Son 464 páginas de puro goce que condensan las doce entregas originales con todos sus extras. He de decir que yo hace unos años ya vi la adaptación cinematográfica de Zack Snyder, tanto la versión normal de 162 minutos como la “Ultimate cut” de TRES HORAS Y MEDIA, por lo que básicamente a la hora de leer el cómic ya conocía los detalles generales de la trama, mermando así mi experiencia sobre la historia, pero, por otro lado, favoreciendo mi atención sobre otro tipo de detalles… y OH BOY, qué bien me vino eso para la serie. A diferencia de la película que solo se molesta en condensar la parte argumental del cómic, la serie va más allá e intenta trasladar la narrativa manteniendo la simbología paralelista en torno a la idea del legado, rozando así la metanarrativa. Porque la serie de Watchmen no es una adaptación, es una secuela. No tengo una opinión muy formada de la serie, pero sí os puedo decir que la he disfrutado como un chiquillo abriendo sus regalos de navidad. El mimo que pone a los detalles y la forma que tiene de retroalimentarse del cómic aprovechando los platos sucios que dejó sin relamer es algo sublime, llegando incluso a provocarte un cambio de perspectiva a la hora de releer la obra original (cosa que haré seguramente). En principio es una mini-serie de una sola temporada, pero al haber tenido tanto éxito y acogida no me extrañaría que alguien decidiera estirar más el chicle, lo cual me pone en una encrucijada, ya que no esperaba nada de esta serie y me ha cerrado la boca de una patada… Tal vez una segunda temporada sea capaz de lograr lo mismo. Ya sabéis el dicho: nothing never ends…
    • Huevos verdes con jamón (2019): Es una adaptación animada del libro homónimo de Dr. Seuss con una duración total de doce episodios. Cuenta una historia bastante simpática al estilo road movie con dos personajes protagonistas de personalidades contrapuestas: Guy, un inventor cascarrabias que siempre está de mal humor y Sam, un optimista empedernido que sólo come huevos verdes con jamón. La esencia de la serie es muy propia de las obras de Dr. Seuss (El Grinch, Lorax, Horton…) con ese humor blanco y absurdo muy suyo apto para todos los públicos, y la animación, al ser tradicional, evoca cierta sensación nostálgica por los dibujos animados estadounidenses de mediados del siglo XX. Muy maja, podéis verla en Netflix.
    • Daybreak (2019): Muy muy bien al principio, pero muy mediocre al final. En un mundo post-apocaliptico reciente a escala global, nos ubicamos en Glendale, una ciudad californiana donde todos los adultos se han convertido en una especie de zombis y las distintas tribus de adolescentes se reparten ahora el dominio de la ciudad. Creo que lo que más me gusta de la serie es su narrativa donde no tienen miedo de experimentar con la cuarta pared y distintos estilos visuales mientras que, con unos toques de humor aquí y allá, van rompiendo con algunos clichés intentando darles un trasfondo más realista. Es una lástima que de cara al final parezca que no supieran cómo cerrar la temporada, la trama se estanque, pierda el ritmo y se vuelva aburrida deshaciendo gran parte de lo que habían conseguido construir. Con ese final que no apuntaba hacia ningún lado no me extraña que Netflix haya decidido cancelarla y no renovar por una segunda temporada. Aún así, si os gustan los mundos al estilo Mad Max y los romances de adolescentes, esta serie combina las dos cosas junto con otras muy chulas, así que os recomiendo darle una oportunidad aunque solo sea por sus partes buenas.
  • En cuanto a películas:
    • Persépolis (2007): A principios de Septiembre me dió por contratar Filmin (básicamente un Netflix pero con MUCHAS películas de todo tipo). Para aprovechar el servicio me puse un poco a tope de ver pelis que tenía pendientes y entre ellas estaba Persépolis, basada en el cómic homónimo de Marjane Satrapi. La trama cuenta desde la perspectiva autobiográfica de su autora cómo la ciudadanía teheraní experimentó la revolución islámica que tuvo lugar en Irán a finales de los 70s y cómo se tuvieron que adaptar al nuevo régimen del que ella terminaría escapando al mudarse a Europa. Como la película me gustó tanto, no tardé mucho en ir a mi comiquería más cercana a comprarme la edición íntegra del cómic y leermela de cabo a rabo. Tras comparar las dos versiones he de decir que la experiencia es casi la misma: mientras que el cómic es más extenso y te puedes tomar tu tiempo en contemplar los dibujos y leer los textos para entender bien el trasfondo político y social que la autora está tratando transmitir con cada página, la película no se queda corta a la hora de resumir esa esencia y potenciarla en un medio audiovisual, aprovechando la animación, la música, los efectos de sonido y el acting de voz (yo la vi doblada y me gustó mucho). Al final son dos versiones complementarias y en mi opinión da un poco igual el orden en el que las decidas disfrutar. Desde luego es una historia que rompe con la perspectiva occidental que se nos ha inculcado sobre los países modernos de tradición islámica y que no viene mal echarle un vistazo ahora que la islamofobia está cogiendo fuerza.
    • Gato negro, gato blanco (1998): Cuando mi amiga Nuria vino de visita a mi casa a pasar unos días, aprovechó mi Filmin para poner esta película por la que primero sentí cierta aversión pero que al poco tiempo me atrapó y me dejó enmaravillado. Para que os hagáis una idea, diría que por la sensación que me generó es una especie de “Milagro de P. Tinto” serbio. Se me hace muy difícil describir esta película porque básicamente es un caos donde cada cosa que pasa parece más absurda que la anterior pero que de cara al final logra encajar todas sus piezas y hacerla funcionar como un reloj suizo. Si entras en su juego, la película conseguirá romper todos tus prejuicios estéticos y te conectará directamente a la esencia de sus personajes haciendo que te encariñes hasta del más rastrero logrando que toda su fantasía se sienta tan real que quieras unirte. Una pequeña joya del cine que no debería ser ignorada.
    • Súper Empollonas (2019): El título original es “Booksmart” y es cierto que con la adaptación del título y viendo el trailer la peli puede echar para atrás y penseis que es algo como Supersalidos pero con chicas en vez de chicos… PUES OS EQUIVOCAIS. La peli es como coger algo parecido a Ladybird (2017), ponerla en una batidora junto a Luces de Bohemia y aderezarlo con humor contemporáneo de temática adolescente hasta lograr que te salga esta maravilla. Una peli sobre el salto a la madurez explorado a través de la relación entre dos mejores amigas, Amy y Molly, que ante la frustración que les provoca que sus compañeros obtengan las mismos logros estudiantiles que ellas (entrar a universidades de mucho prestigio, entrar a trabajar en grandes empresas…) sin haber dedicado tanto esfuerzo en sacar buenas notas, deciden pasar una noche loca de fiesta antes del día de graduación para compensar todo ese tiempo perdido. Divertida, enternecedora, fresca, relevante… MÁS PELIS ASÍ, POR FAVOR.
    • Joker (2019): Algunos se han venido muy arriba con esta película. En general es un calco del cine autoral de Scorsese que se eleva magistralmente gracias al trabajo actoral de Joaquín Phoenix… pero ya está. No creo que suponga ningún tipo de revolución para el género del cine de superhéroes (igual que tampoco lo fue “Logan”) sino más bien creo que se trata de una peli que probablemente marcará una tendencia a hacer pelis “normales” maquilladas de adaptaciones comiqueras para aprovecharse del imaginario pop y hacer más caja en taquilla. Tampoco me malentendais, no considero que sea una mala película, personalmente me gustó, pero después de pensarlo mucho creo que lo logra de una forma artificiada y efectista, pone el foco no en lo que quiere contar sino en cómo lo cuenta. Para mí es como un huevo de chocolate sin sorpresa dentro: resulta divertido que tenga forma de huevo, pero en cuanto lo rompes y ves que no hay nada dentro solo te queda comerte un chocolate que no suele estar tan bueno como el de una tableta. Me fascina mucho más el revuelo y debate que se ha generado alrededor de la película que la propia película. Ya veremos de cara a los Oscars que pasa porque, aunque aún no se han anunciado las nominaciones, muchos están apostando ya que Joker se llevará alguna que otra estatuilla.
    • Abominable (2019): Quiero hacer una llamada de atención por esta peli que creo que ha pasado injustamente inadvertida. No es que sea un peliculote y usa la premisa ya bastante manida de niños intentando salvar a una bestia en peligro de extinción de las manos de un señor viejo que lo quiere cazar, pero los personajes caen simpáticos, la animación es un pasote y que todo ocurra en China le da un encanto especial a la aventura. Le podría poner muchas pegas a los arcos de personaje y al exceso de escenas emotivas que colocan porque sí y que considero que entorpecen el ritmo de la peli, pero en general está maja y el apartado visual es hermoso, así que si os la ponéis una tarde de peli y manta lo más probable es que la disfruteis.
    • Farmaggedon (2019): LA MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN DE 2019. Que sí, que también está Klaus por ahí y yo qué sé, tal vez hasta os haya gustado más Frozen 2, pero es que a mí me pones una peli muda de hora y media sobre una oveja de plastilina ayudando a un bebé alien a volver a su planeta, todo con cientos de referencias a la cultura pop de la ciencia ficción y comedia de situación constante y no puedo no quererte. Vaya peliculón se ha sacado Aardman Animations de la manga, mare de déu senyor, que masterclass de cine y animación condensada en una sola película. Mira que a mi la primera peli de la oveja Shaun no pareció para tanto, está muy maja y tal, pero es que esta MAEMÍA, es que encima lo hacen parecer fácil y todo. Es que solo de recordarla me estoy poniendo hasta nervioso de lo buena que es. Es que no quiero contaros nada para que la veáis porque cada segundo que dedicáis a leer esto en vez de ver esta película es tiempo perdido. Vedla, y si luego no os gusta pues venís y me pegáis, me da igual, pero vedla.
    • Klaus (2019): Mirad, yo soy muy hater de la Navidad y cuando era pequeño los capítulos navideños de las series de animación me daban mucho asco, sobretodo cuando iban sobre Papá Noel porque en mi casa los que traían los regalos eran los Reyes Magos y A VER QUÉ PUTO SENTIDO TIENE QUE UN VIEJO GORDINFLÓN VAYA REPARTIENDO REGALOS COLÁNDOSE POR LAS CHIMENEAS, PERO COMO OS PODÉIS TRAGAR ESA TROLA. Pero ahora ya no pasa nada porque ha llegado Klaus con su espectacular animación que solo puede ser fruto de duendecillos mágicos y me ha convencido de que Santa Claus mola. Mira que es difícil coger un símbolo moderno como este y reinventarlo de forma tan efectiva, todo sin caer en la ñoñería explícita de “¡el espíritu de la navidad!” y generando una mitología propia mucho más encantadora que la del mito original. Que bonita y que gusto da que esté hecha nada más y nada menos que por un pequeño estudio de animación de España liderado por Sergio Pablos, escritor y director de la película. Ojalá esto despierte más interés por la animación en otros países y se potencien más producciones por el estilo, que al final parece que solo EEUU y Japón pueden hacer animación de calidad y no es así.
    • Parasite (2019): De las películas que más he disfrutado este año. El director surcoreano Bong Joon-ho se ha marcado un peliculote sobre la brecha social entre ricos y pobres que no solo consigue plasmar el problema sino que lo convierte en la base para construir una trama tensa y divertida a partes iguales. La picaresca de la familia pobre en contraste con el exceso de bienestar de la familia rica generan un claroscuro de sus personajes donde las líneas morales comienzan a difuminarse haciéndonos reflexionar sobre el clasismo, el materialismo e incluso sobre el egoísmo inherente de la propia naturaleza humana. Recomendadisima.
    • Knives Out (2019): Bueno, pues despues de hacer en 2017 la que es mi película favorita de toda la saga de Star Wars, Rian Johnson se ha tomado un tiempo para terminar una película de misterio sobre un caso de asesinato al más puro estilo de Agatha Christie que llevaba desarrollando desde que terminó Brick (2005) y, mira tu por donde, me ha encantado. Con un guión sólido como una roca, Johnson monta una partida de Cluedo con el espectador al que dota siempre del mismo número de pistas (¡o incluso más!) que a su detective Benoit Blanc, retandonos así a resolver el caso antes de que se resuelva en la película. Tal vez sea porque solo la he visto una vez, pero no recuerdo que en ningún momento la película te engañe dándote pistas falsas o escondiéndote información fuera de cámara. La trampa principal está en la narrativa que nos hace seguir a Marta Cabreras, el personaje interpretado por Ana de Armas, del que tampoco sabemos hasta qué punto nos podemos fiar, saturandonos poco a poco de detalles e ideas que nos distraen constantemente de las pistas más importantes. No quiero hablar más por evitar que se me escape algún detalle que os fastidie vuestra primera experiencia con la película, y es que cuanto menos sepáis de ella antes de verla más divertida os resultará.
  • Últimamente ya no juego casi a videojuegos (shame on me), pero he podido sacar tiempo para dos:
    • ICO (2001):El primer juego como director de Fumito Ueda y el precursor del archiconocido “Shadow of the Colossus” que salió para la Playstation 2 hace ya casi dos décadas. Me animé a probarlo este verano y fue una experiencia super bonita. Empleando una iluminación casi eclesiástica el juego consigue evocar una sensación onírica mientras intentas escapar del laberíntico castillo con la ayuda de Yorda, la misteriosa chica del vestido blanco. En esencia no deja de ser un puzzle de plataformeo sin más, incluso si tuviera que valorar solo esa parte me atrevería a decir que es bastante aburrida y repetitiva, pero es que ICO llega a ser mucho más gracias a su naturaleza contemplativa y sus mecánicas de interacción con Yorda. El juego es lento y silencioso porque quiere que te lo tomes con calma, que aprecies los paisajes que te rodean para que lo veas como algo más que plataformas sobre las que saltar o salientes a los que cogerse. Quiere que sientas que se trata de un mundo vivo a pesar de estar desierto, que hay algo detrás de esas murallas por lo que vale la pena escapar… y que lo hagas con Yorda. Es increíble como el juego consigue que te preocupes con ella a través de pequeños detalles como la sutileza de sus animaciones o de su inteligencia artificial. Poco a poco vas creando un vínculo con ella, le coges de la mano y la acompañas despacio porque si corres no puede seguirte el ritmo. Revisas cada nueva zona para comprobar que no hay peligro y en cuanto aparecen las sombras corres a protegerla, ya no porque si la secuestran te toca volver a empezar la fase, sino porque te angustia escuchar sus gritos mudos de socorro. Un juego que sin lugar a dudas voy a recordar con mucho cariño.
    • Democracy 3 (2013): Pues como tengo complejo de político no pude resistirme a echarle unas cuantas horas a este simulador de gobierno que según había leído era bastante fidedigno a la realidad y que es hasta educativo en cuanto a políticas sociales y económicas. Lo estuve jugando unos días y después de acostumbrarme a su interfaz y mecánicas no tardé en crear mi pequeña utopía y gobernar democráticamente durante un sin fin de legislaturas. A mi gusto personal le falta bastante chicha en cuanto detallismo, ofreciendo en su mayoría políticas demasiado genéricas que al poco tiempo dan poco margen para aplicar un gobierno modular más complejo. Aún así, el motor del juego es genuínamente sencillo por lo que es muy fácil crear mods con los que ampliar la experiencia, solo hace falta tener un editor de hojas de cálculo y mucho tiempo libre. Yo mismo me pondría a perfeccionar el juego a través de mods si no fuera porque ya hace tiempo que Democracy 4 está en desarrollo y no tardarán mucho en sacarlo a la luz con todas sus mejoras. Así que de momento me voy a esperar y ya si eso me pondré a modear con la nueva versión.
  • Y de lecturas también voy algo corto:
    • Biología para Dummies (2001): Aún sigo investigando sobre los temas que quiero tratar en “Foodhats” y como el pilar principal de la historia son los transgénicos no podía faltar un poco de investigación sobre biología. Como a mi esto de las ciencias naturales se me dan fatal he preferido tirar de la colección Dummies para que me lo den masticadito y al menos quedarme con lo básico. El libro está bien a nivel introductorio y para tener una idea básica sobre cómo funciona la biología. He cogido apuntes y reaprendido cosillas que me sonaban del instituto pero que se me habían olvidado. Veremos cuanto duran en mi memoria…
    • Luci (2019): Carlos Rioja (@Gurrupurru) es un autor de cómics independiente que a mi personalmente me gusta mucho. Ya en su momento me leí “Esquinas” que me pareció una propuesta sencilla pero original, aunque con la obra que realmente me conquistó fue con “Patata (la cual podéis leer gratis en la app de Womic junto a muchos otros webcómics). Mirad si me gusta que tengo hasta la edición física limitada que sacó en su momento. Y es que el estilo minimalista y el trazo grueso de sus ilustraciones me gusta mucho, y aunque de primeras parezca infantil por su estética, los temas que suele abordar Gurrupurru en sus obras son bastante introspectivos, normalmente relacionados con el amor, el arte, la esperanza o el lugar que ocupamos en el mundo. Es por eso que cuando salió en preventa la edición física de Luci no me lo pensé dos veces y le lancé mis dineros. En sí, “Luci” se parece bastante a “Patata”: género hopepunk sobre dos protagonistas, una de ellas más terrenal y la otra más “mágica”, que intentan encontrar su lugar en un mundo desolado. En Luci seguimos la historia de Helena y su nueva asistente digital LuxIA, de cómo entablan una amistad mientras exploramos la humanidad que puede albergar una inteligencia artificial. A mi gusto el cómic tiene demasiados diálogos sobrexpositivos que plasman las ideas de forma innecesariamente explícita, pero también alberga momentos silenciosos y contemplativos que dejan expresarse visualmente a los personajes. En esos momentos el estilo de Gurrupurru funciona como un guante, bailando entre el estilismo y la abstracción sin miedo a experimentar con elementos minimalistas en la narrativa de la página. Desde luego recomiendo visitar sus obras aunque sólo sea por el buen rollo que transmiten. En su página de Lektu tenéis todas sus obras, algunas se pueden descargar gratuitamente mientras que otras exigen un pequeño cobro.
    • Planeta Manga #1 (2019): Resulta que la editorial Planeta Cómic ha comenzado a editar una revista al estilo manga japonés, de esas que son to’ tochas, de papel fino y que salen muy económicas. En octubre sacaron el primer número por 5€ y vienen varias historias de distintos géneros, algunas autoconclusivas y otras que tienen intención de continuar a lo largo de los siguientes números. Entre mis historias favoritas están la de “La bruja” de Santi Casas, “Examen” de Ken Niimura y “Midori Boshi” de Akira Pantsu, aunque otras como “Gryphoon” de Luis Montes y “Alter Ego” de Ana C. Sanchez también me han llamado bastante la atención. De momento seguiré comprando los números porque me parece un proyecto muy interesante que apoyar ya que está apostando por publicar obras de autores nacionales en un formato vistoso y a un precio muy asequible. El 28 de enero sacan el número 2, y quien sabe, tal vez algún día me atreva a enviar una historia a ver si tengo suerte y me la publican.
    • El enemigo conoce el sistema (2019): Otro libro que me he leído para informarme sobre cosas para “Foodhats” y que por su culpa he terminado cambiando todas mis contraseñas y me he instalado Linux Mint en el ordenador. Su autora Marta Peirano es una periodista especializada en privacidad y seguridad en internet y es una ciberactivista que divulga información sobre cómo navegar con seguridad en Internet y proteger nuestra privacidad de las grandes corporaciones. En el libro explora la naturaleza actual de Internet y el impacto sociológico y económico que tiene en la sociedad. Una vez te lo lees no vuelves a mirar a tu smartphone de la misma manera y al final te lo piensas dos veces antes de aceptar los “términos y condiciones de servicio” de cualquier web. También me he leído otro libro suyo que se llama “Pequeño libro rojo del activista en la red” pero es más como una guía para aprender a encriptar e-mails, crear contraseñas seguras, usar Tor, etc… Si os interesa el tema tenéis varias charlas suyas en YouTube que podéis ver antes de decidiros a pillar o no el libro.

Y bueno, basta ya de contaros mi vida que me están dando calambres en los dedos de tanto escribir.

Como propósito de año nuevo intentaré estar más activo y cumplir así todos mis objetivos. Ahora que viene la JapanWeeend Madrid de Febrero me tengo que poner bien las pilas para no llegar con las manos vacías. Tal vez hasta me de tiempo de empezar antes con los streamings de Twitch.

¡Tened un feliz año, empezad bien la década y hasta el próximo illusjournal!